viernes, 7 de noviembre de 2014

Del amor y otros cuerpos extraños (Fragmentos de diario 2013)


Al vernos como cosa aparte, creamos el caos y el desorden entre nosotros y las cosas de "ahí afuera". Provocamos guerras y destruimos el medio ambiente. (Deepak Chopra)



Sin duda, la vida puede ser un constante tormento, o, podría ser un gran viaje cuando tienes en cuenta ciertas cosas básicas como: saber que la dicha no es completa, si no es compartida (típico refrán de antaño, pero muy cierto), comprender que dependiendo de la manera en la que miras la vida, será tu expectativa de ella... y lo más importante: entender que estás en este Universo, para disfrutarlo y sobre todo para ser feliz.

Las necesidades de cada ser humano, varían de acuerdo al entorno en el que se encuentre.
En lo personal, agradezco cada experiencia  (aunque las desagradables, en ese instante, las haya maldecido), porque si no hubiese vivido determinado momento, no sería lo que soy hoy, no hubiese aprendido nada, ni tuviese mi actual visión acerca de la vida.

Está bueno preguntarnos: ¿de dónde venimos?, ¿de qué somos parte? y bueno, luego, descubrirlo será un aventurado trabajo personal.

La Biología es una ciencia en permanente construcción, en la que muchas preguntas se contestaron, otras se reemplazaron y unas cuantas siguen abiertas (esto es lo genialmente interesante). Finalmente, el eje principal de la Biología sigue siendo: la evolución.

Según  actuales teorías, el Universo comenzó con una gran explosión: Big Bang. Antes de esta explosión, toda la energía y la materia presentes en el Universo actual, probablemente se encontraban en forma de energía pura, comprimidas en un único punto. Este modelo cosmológico propone que con el Big Bang, esta energía se liberó y cada partícula de materia formada posteriormente, se alejó de manera violenta de toda otra partícula.
Se supone que la temperatura en el momento de la explosión ocurrida hace aproximadamente 13.700 millones de años, era cercana a los 100 mil millones de grados Celsius (10 elevado a la 11 grados centígrados). A esta temperatura no podrían existir átomos; toda la materia estaría en forma de  partículas elementales subatómicas (partículas más pequeñas que el átomo y que no se las encuentra en las condiciones normales actuales de la tierra).
Estas partículas de muy corta existencia, se acelerarían, colisionarían y aniquilarían unas a otras, formando partículas nuevas y liberando más energía.

A medida que el Universo se expandía y se enfriaba, gradualmente se formaba más materia a partir de energía. Alrededor de 100 segundos después del Big Bang, la temperatura habría descendido a 1000 millones de grados Celsius.
En ese momento, pasó algo genialmente perfecto: dos tipos de partículas estables, que hasta ese momento eran escasas, habrían comenzado a combinarse. Estas partículas: los protones y los neutrones, formaron los núcleos de los átomos. 

Se defiende que cuando el Universo alcanzó los 2.500 grados centígrados, esos núcleos, con sus protones de carga positiva, atrajeron a pequeñas partículas livianas de carga negativa – los electrones – que se movían rápidamente alrededor de ellos. Así se habrían formado los primeros átomos.
A partir de estos átomos desintegrados y vueltos a formar en el lapso de varios miles de millones de años, es que probablemente surgieron todas las estrellas y comenzaron a formarse los planetas del Universo, incluidos nuestra estrella: el sol y nuestro planeta.


En síntesis, la materia viva se organiza de la siguiente manera:


Después de este resumen básico, yo me pregunto: ¿Cómo no asegurar que el Universo es perfecto?, hemos sido hechos perfectos y poseemos una inteligencia genética innegable. ¿Cómo no asegurar que el Planeta Tierra es el organismo vivo más grande que conocemos en esta Galaxia? Esa frase de: "somos polvo de estrellas" es tan cierta.

Si, los seres humanos somos una plaga imparable de destrucción, ya sea por causa del capitalismo y la sociedad que nos rodea e invitan seguidamente a acumular materiales innecesarios; aunque para esto se necesita explotar y sacar todo lo que se pueda de los recursos naturales, sin ningún tipo de conservación o plan preventivo.

El amor y nivel de consciencia propia no nos lo enseñan tanto en la Universidad, ni en la casa, uno los tiene que aprender aparte, ¡viviendo!
Para entender, sentir y desarrollar nuestra vida con una dirección noble y genuina (capacidades que poseemos cada ser vivo en esta tierra y no debemos dejárnoslas arrebatar), está bueno reconocer que tenemos una innegable conexión con todo, SOMOS PARTE DE TODO.



Referencia:
Curtis, H.(2011) . Curtis Biología (7ma ed.) Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana.

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